domingo, 5 de junio de 2016

¿Morir con la mentira o con la verdad?

La realidad supera la ficción, por eso escribo, para no olvidarlo. Yo siempre he tenido un imán para las historias enredadas, para hacer nudos en la vida de los demás y salir un poquito rota, un poquito sabia y un poquito divertida de todo ello. No sé, es quizá una costumbre que voy dejando de a poco con el tiempo pero que aun no me decido a terminar completamente. Cuando me aburro rozando límites insospechados me pongo a analizar cómo complicarme la vida de nuevo, y me la complico más allá de lo que un día pensé, lo hago inconscientemente, en serio, cuando despierto un día de repente estoy metida hasta el fondo y pienso “Joder, aquí voy de nuevo”. Otras veces me pasa lo mismo en medio de la noche, como aquella nublada noche…

“¿Y si nos descubren?” Me preguntó mirándome fijo, buscando en mi boca una respuesta que había meditado tanto tiempo en su cabeza pero que sabía que no se apegaba a mi carácter ni a mi manera de ver la vida.

“Yo no me esconderé” Dije firmemente. Dejó caer el rostro entre sus manos y se las llevo hacia atrás. El silencio de la noche era lo que más me atemorizaba.

“A ver mi niña de corazón pequeño, te voy a decir algo que quiero que recuerdes siempre: si te descubren una mentira, muere con la mentira porque la verdad es inútil dicha en el último momento, es casi peor que la propia mentira y no valdrá de nada morir con la verdad. Nadie soporta las verdades, todos las tergiversan a su antojo para no enfrentarse a la realidad. Por ejemplo, yo en medio de mi cobardía cada noche te invento defectos para no admitir que me he enamorado de ti, y tú en tu temor a que te rechace me pides cada día que dejemos de vernos para borrar en tu soledad lo que sientes por mi”- Dijo sin mirarme a los ojos.

“¿Qué coño vas a saber tú lo que yo siento por ti? Si es que te me estás volviendo loco, en serio…”

“No, mi niña, yo no lo sé, lo siento en ti y en mi”