viernes, 5 de febrero de 2016

Si hablamos de fragilidad...

Por supuesto que sabía que lo más frágil era la vida misma, pero el verte en esa habitación blanca y esa cama azul me recuerda que nada puedo hacer contra el tiempo. Y no me malinterpretes, sé que saldremos de esta de la misma manera en que hemos salido de todas: temblorosas y abrazadas, estoy 101% segura de que tu misión aquí aun no acaba. Es más, si alguien quiere quitarte de mi lado puedes decirle que me llame debido a que yo tengo más de mil egoístas razones sobre por qué te necesito tanto.

Mamá, sé que no te lo digo a menudo pero sin ti se me acaba la vida. Te necesito principalmente para ser feliz.